Como cita la UNESCO en su sitio oficial en español, si el manejo del agua continúa como hasta ahora, hacia el 2030 su carencia en todo el mundo será del 40%. Proteger el líquido y disponerlo mejor es clave para la sostenibilidad en el tiempo de todo el planeta.
A esta resolución implacable arriba el informe final 2015 de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en conjunto con la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura, llamado: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) determinando así la agenda de trabajo específica y urgente para lo que viene en estos 15 años como plazo.
Se fijan 17 metas globales en correlación unas con otras, que ponen al agua limpia y su saneamiento como eje y pilar del avance y sostenimiento de la supervivencia humana, de la erradicación de la pobreza y de la conservabilidad de miles de especies y ecosistemas.
Considerando necesario apurar cambios que mejoren considerablemente la utilización y gestión del recurso.
Desarrollo Sostenible
Verdadero reto ambiental, político y financiero que incluye a todos los actores, la sociedad como colectivo y apoyo en la búsqueda de soluciones, estudios y estrategias de protección y manejo. La manera de cooperar con el cumplimiento de estos Objetivos. Se trata así de temas trascendentales que sí o sí interesan la vida cotidiana de millones de personas y delimitan su porvenir.
Gestionarlo de forma sostenible sigue siendo difícil, más, cuando la petición global por el agua sigue y sigue en alza. Tan así, que para el 2050 se estima que crezca en más del 50% y que un 23% de las aguas subterráneas del mundo ya están siendo utilizadas en forma abusiva.
Riego agrícola de enormes extensiones sin freno, derrame y vertimiento desproporcionado de plaguicidas y químicos que afectan los claros de agua y la escasa limpieza de las aguas usadas, domésticas, urbanas e industriales, que en más de un 80% vuelven al ecosistema sin ser reutilizadas, mucho más en países en desarrollo. Un dato muy desalentador en este afán por mejorar su calidad.
En varias regiones del planeta el acceso al líquido esencial es escaso o nulo. Y en muchos otros, su llegada no asegura pureza ni potabilidad como consecuencia de la contaminación industrial y humana que veníamos mencionando y los efectos del cambio climático que al inundar superficies contamina suministros y así propaga enfermedades de un sitio a otro, elevando también la miseria en la que volúmenes de seres humanos viven. Unos 700 millones que no acceden a este derecho universal establecido, quedando marginados del resto.
Un modelo de la problemática que el avance hídrico puede generar es el caso de la India que refiere UNESCO en su documento. Para el año 2000, este país de Asia del Sur tenía 19 pozos propios perforados en contraposición al millón que ostentaba a comienzos de los años 60. Si bien trató de hacerle frente a la pobreza imperante con el progreso de regadíos agrícolas que le sirvieron para crecer económicamente y paliar el déficit, su utilización sociofinanciera generó en muchas otras poblaciones vecinas un problema acuático importante, como el caso de Rajastán.
Así, se observa la dificultad que hay entre el derecho al agua y el desarrollo. Un costo ambiental que hace estragos a pesar de las políticas de concientización, y se traduce muchas veces en desbalance y pérdida de ecosistemas, más todavía en humedales que no pueden hacer su tarea de purificar el líquido.
¿Qué se puede hacer?
Demanda muy alta del bien y explotación excesiva no hacen buena combinación. Por eso, el consenso de los países alerta sobre la trascendencia de disminuir los efectos de la variación global del clima en el mundo, la mano de la agricultura, promover la seguridad alimentaria, el bienestar, la energía renovable y la igualdad social entre las personas.
Para redimir la futura escasez de agua, sobre todo la dulce tan contaminada, combustibles y comida en el planeta, será esencial perfeccionar los saberes, innovar, analizar perspectivas y poner acción en la meta de que el uso del líquido sea sostenible. Es, por medio de esta unión de fuerzas que se arriba a soluciones inteligentes de tratamiento, reciclaje y protección que nos lleven a convivir en un medio ambiente más seguro, saludable y justo. En armonizar la demanda existente y el suministro, está gran parte del foco puesto en este acuerdo conjunto.
Comenzar a cambiar los métodos con los que se gestiona y usa el agua son vitales para su conservación y mejora. Tomar nota de su valor intrínseco más todavía. Y nos compete a todos. Por eso, la calidad del agua que utilizamos a diario para beber, cocinar y lavar en casa o trabajo, a menudo en riesgo de contaminación por las actividades del hombre, puede dejar de ser una amenaza con un tratamiento casero que la mejore en un cien por cien. Es nuestro compromiso sustentable y la mejor recomendación que podemos hacerte.
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Objetivos del Desarrollo Sostenible
1. Erradicar la pobreza. Demasiadas personas en el mundo siguen luchando para salir de condiciones de vida muy vulnerables. El agua limpia y saneada contribuye en mucho a que las familias lo logren, porque mejora sus condiciones y estilo de vida.
2. Hambre cero. La falta de alimentos y la desnutrición a edades tempranas siguen siendo el gran límite al desarrollo. El agua es vital para poder producirlo, por eso, el uso sostenible impera.
3. Salud y bienestar. Aun cuando la taza de vida aumenta y algunas enfermedades mortales han quedado atrás, las desigualdades en el tratamiento del líquido impactan en la salud y predisponen a infecciones y padecimientos severos.
4. Educación de calidad. El agua tratada colabora en reducir la gran brecha entre quienes acceden a enseñanza y quienes no. más allá de conflictos armados e indigencia, muchos chicos no estudian por no poder contar con ella.
5. Igualdad de género. Un derecho humano, y clave para el desarrollo sostenible. Las mujeres y niñas están muy expuestas debido a su acceso limitado al agua, a la vez que tienen menos poder de decisión en temas relacionados a esta.
6. Agua limpia y saneamiento. Estrés hídrico, sequías y suelos áridos. El cambio climático y la mano humana perjudican la llegada al agua limpia y saneada. Es la meta más importante por tener relación directa con las otras.
7. Energía asequible y no contaminante. Casi todas las energías dependen del agua en sus fases. La alternativa sostenible es la que mejor propicia la equidad ambiental, baja la demanda y desacelera los cambios drásticos en el clima.
8. Trabajo decente y crecimiento económico. Menos empleos, crecimiento más lento de las sociedades y desigualdades conspiran contra las oportunidades de muchos. La calidad del agua no está ausente, es la que más mejora la vida y así la salud y para realizar las tareas.
9. Industria, innovación e infraestructura. Invertir en esta rama es fundamental, más cuando la mitad d ella población mundial vive en las ciudades. Transporte y energía a la par de la tecnología deben poder ser más sustentables y eficientes. El agua es la materia prima primordial para lograrlo.
10. Reducción de las desigualdades. La diferencia de ingresos entre ciudadanos pobres y ricos es muy alta. Para frenar el desnivel es preciso empoderar e incluir, y además dar igual acceso al agua saneada, elemental para cambiar la situación y entorno social de los más vulnerables.
11. Ciudades y comunidades sostenibles. No se puede alcanzar el desarrollo sostenible si no se cambia drásticamente la manera en la que crean espacios verdes. Migración, nacimientos y traslados hacen que cada vez más personas convivan en zonas urbanas. Mejor planificación, viviendas seguras y tratamiento de aguas incluyen más y mejor.
12. Producción y consumo responsables. Es primordial reducir la huella ecológica con un cambio en la forma en la que se produce y consume en el mundo. Ser más eficientes y considerar el modo de tratado de los contaminantes se vuelve central, a la par de reducir la cantidad de agua que se usa, en pos de la sostenibilidad.
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13. Acción por el clima. Los efectos del cambio climático son drásticos. Todos los países lo padecen. Invertir en desarrollo bajo en carbono y ver al agua como un recurso esencial para mitigarlo hace a una mejor protección de los ecosistemas y una adaptabilidad mayor con temperaturas más acordes.
14. Vida submarina. Hábitats marinos se ven perjudicados, así como la fuente de alimentación y economía. La manera en que más se protege este recurso es cuidando los océanos, ríos y mares, como así también la sobreexplotación.
15. Vida de ecosistemas terrestres. La flora del planeta abastece al 80% de la población y la agricultura es sostén del desarrollo mundial financiero. Extensas superficies boscosas se degradan y erosionan a diario, y así plantas y animales se ven afectados, mientras otros son comercializados ilegalmente. Cuidar ríos, humedales es vital para el balance inmediato y futuro nuestro y de las especies.
16. Paz, justicia e instituciones sólidas. Las divisiones y la violencia en los más diversos ámbitos conspiran contra el desarrollo sostenible de los países. El agua, en este marco, muchas veces es compartida y debe poder ser objeto de dialogo en pos del progreso de las comunidades.
17. Alianzas para lograr los objetivos. La cooperación internacional es clave en el logro de los objetivos del desarrollo sostenible. El agua limpia se implica directamente en cada una de las metas, haciendo de este elemento un pilar de oportunidades equitativas, economía y conservación.
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